Los mineros de Santiago y Candín finalizan su encierro tras 50 días en el interior de los pozos

Una multitud recibe con vítores y aplausos a «unos héroes que han hecho historia»

Esta tarde ha culminado una «acción épica en la historia de la minería, del movimiento sindical y del SOMA-FITAG-UGT» con la salida de los mineros que desde el 28 de mayo permanecían encerrados en los pozos Santiago y Candín. Centenares de personas, entre ellas sus familiares y amigos, se han agolpado en las explanadas de ambas explotaciones «para recibir como héroes» a estos trabajadores.

Los delegados sindicales del SOMA-FITAG-UGT en los pozos Candín y Santiago, Manuel Robles y Gerardo Cienfuegos respectivamente; junto al secretario general de FITAG-UGT estatal, Antonio Deusa, y su homólogo en el SOMA-FITAG-UGT, José Ángel Fernández Villa, fueron los encargados de dirigirse a la multitud que esperaba emocionada la salida de los encerrados. Todos destacaron «la valentía, el coraje y el esfuerzo» de los compañeros, tras resistir 50 días a 600 metros de profundidad. Ellos, ataviados con sus trajes de mineros y gafas negras para protegerse de la potente luz solar después de tanto tiempo en la oscuridad, agradecieron los apoyos recibidos durante su encierro.

El secretario general del SOMA-FITAG-UGT explicó que la Comisión Ejecutiva y los delegados del sindicato en ambos pozos les trasladaron a los trabajadores la necesidad de poner fin al encierro con el fin de salvaguardar su integridad física. La federación dejó claro desde el principio que «no permitiría llegar a situaciones extremas que pudieran poner en riesgo la salud de los compañeros o dejarles secuelas de por vida y que las razones humanas prevalecerían por encima de cualquier planteamiento sindical».

Los trabajadores de Santiago abandonaron su encierro en torno a las cinco de la tarde y los de Candín sobre las 19.30 horas. Los dirigentes sindicales hablaron con los propios trabajadores para exponerles su postura y hacerles ver que su acción ya ha marcado un hito, ha logrado sensibilizar a la opinión pública y desencadenar nuevas acciones de protesta «ante la intransigencia difícilmente justificable del Gobierno, que de no rectificar condenará la pervivencia del sector, tanto de la empresa pública como de las privadas, y el futuro de las propias comarcas mineras, con los efectos para la economía y el empleo que ello acarrearía. Los representantes de la federación hubieran preferido trasladarles directamente su posición, pero la actitud de Hunosa de no permitir el acceso al interior de la explotaciones a los representantes sindicales obligó a comunicárselo a través del teléfono interno de los pozos.

José Ángel Fernández Villa destacó «la convicción y compromiso de los trabajadores en una acción tan emblemática y significativa como es un encierro en la mina» y aseguró que finalizaron su protesta «con orgullo, dignidad y la cabeza bien alta, sabiendo que han defendido legítimamente lo que corresponde, que no es otra cosa que el cumplimiento de los acuerdos pactados en el Plan Nacional de Reserva Estratégica del Carbón 2006-2012 y Nuevo Modelo de Desarrollo Integral y Sostenible de las Comarcas mineras, así como el plan de la empresa pública».

El SOMA-FITAG-UGT sabe lo duro que ha resultado el encierro para los trabajadores, pero también para sus familiares y compañeros, «que han compartido su sufrimiento desde el exterior y no han dejado de darles apoyo y ánimo». El secretario general de la organización quiso destacar especialmente «el papel que históricamente han jugado las mujeres de la familia minera», desde la lucha por la recuperación de las libertades democráticas hasta este encierro, «en el que han compartido con firmeza y convicción la defensa del sector minero, el empleo y el futuro de las comarcas mineras».

La federación ha recordado que la protesta en el interior de los pozos ha ido acompañada de un conjunto de movilizaciones, incluida una huelga general en las comarcas mineras (con un importante apoyo, como no se recuerda en los últimos años), una durísima marcha a pie hasta Madrid (una acción en la que el recuerdo de los compañeros encerrados ha estado muy presente y ha despertado la solidaridad de los ciudadanos con el conflicto minero a lo largo de su recorrido) y dos multitudinarias manifestaciones en la capital de España (en las que participaron miles de ciudadanos desplazados desde las comarcas mineras y que aglutinaron apoyos de numerosos colectivos que hasta entonces venían manteniendo una actitud pasiva ante las políticas de recorte del Gobierno).

El secretario general del SOMA-FITAG-UGT llamó la atención sobre «lo curioso que resulta» que el mismo día de la gran manifestación en Madrid, el Gobierno anunciara las medidas más restrictivas adoptadas hasta la fecha, como la subida del IVA, los recortes a los funcionarios o la eliminación de la desgravación por la compra de vivienda. También se refirió al «confusionismo» del Ministerio de Industria, al que acusó de no ajustarse a la realidad respecto a las ayudas al sector, que desglosó por capítulos: 101,60 millones de euros en ayudas a infraestructuras; 39 millones para reactivación; 2 millones para formación y becas; 320 millones para prejubilaciones; 142 millones en ayudas a las empresas privadas y 45 a la empresa pública.