El SOMA-FITAG-UGT velará por el mantenimiento del empleo, y las condiciones laborales, en lo que afecta la venta de activos de la empresa energética EDP a la francesa Total.

Lamentamos que, nuevamente, en un sector estratégico como la energía, no se aborde como una cuestión de estado; y quede éste a las veleidades e intereses de terceros.

A la espera de conocer más detalles de la venta, de Energías de Portugal (EDP), de parte de su negocio a la francesa Total, desde el SOMA-FITAG-UGT queremos decir que nos centraremos en velar por el mantenimiento del empleo, y en el carácter estratégico de una empresa fundamental para el tejido industrial asturiano.

Como decimos, aún pendientes de conocer todos los entresijos de la venta, entendemos que EDP debilita su posición en el sector de la generación y comercialización de electricidad y gas en España dado que, esta venta, que se espera sea efectiva a finales de 2020, supone el cambio de propiedad de dos centrales de ciclo combinado de 850 megavatios, en Castejón (Navarra), y de más de dos millones y medio de contrataos de suministro de gas y electricidad.

Así mismo, calculamos que, en Asturias, afectará a algo más de un centenar de empleos y, aunque la compañía nos ha asegurado que los trabajadores se subrogarán con todos los derechos adquiridos, y con las condiciones del actual convenio colectivo en vigor, desde el SOMA-FITAG-UGT vamos a estar vigilantes en este proceso, para que el cambio de propietarios no tenga ningún impacto negativo en los empleos directos, ni en los indirectos, ni en las condiciones laborales de los mismos.

Para el SOMA-FITAG-UGT es necesario abrir el debate de alcanzar un Pacto de Estado por la Energía valiente, unido a un marco regulatorio estable, y que seamos verdaderamente pioneros, abordando en esa estrategia la aparición, o modernización, de nuevas formas de generación eléctrica.

Debemos buscar nuestra soberanía energética, como el resto de países europeos, mediante una empresa energética pública, que ayude a contener los excesos del mercado, y nos permita tomar decisiones estratégicas como país, al igual que lo hacen los países de nuestro entorno, con Électricité de France, Energías de Portugal o el Ente nazionale per l’energia elettrica en Italia.

Las empresas de todo tipo reclaman liquidez al Estado, y no debemos tener complejos en abrir el debate sobre nacionalizar y tomar el control público accionarial de empresas de sectores estratégicos, como puede ser el sector energético; íntimamente ligado al carácter esencial de la industria.