Finalizan los encierros en San Nicolás y Candín

Dada la inflexibilidad del Ministerio de Industria, se programarán nuevas acciones en la búsqueda de una salida al conflicto

Los mineros encerrados en los pozos San Nicolás y Candín desde el pasado 16 de julio han finalizado esta tarde su protesta, arropados por los abrazos y aplausos de cientos de compañeros y familiares, congregados en las instalaciones de ambas explotaciones para dar la bienvenida a unos «valientes» cuyo «ejemplo de lucha» ha sido aclamado.

Representantes de la Comisión Ejecutiva del SOMA-FITAG-UGT y los delegados de la federación en ambos pozos les explicaron a los trabajadores que la negativa del Gobierno a sentarse verdaderamente a negociar y su postura inmovilista han enquistado el conflicto y que las pretensiones gubernamentales de desgastar a la clase obrera y al movimiento sindical a imitación del modelo thatcherista intentan llevar al límite a los trabajadores. Esta organización sindical es consciente de que el conflicto es largo y de los efectos que más de dos meses de huelga están teniendo ya en la economía de los trabajadores. Por eso, y dado que el Gobierno sigue enrocado en la sinrazón, se diseñará una nueva estrategia que permita a los trabajadores y a sus familias una solución sostenible en el tiempo, sin renunciar a un acuerdo satisfactorio del conflicto. Como siempre, el SOMA-FITAG-UGT actuará con responsabilidad, con prudencia y con propuestas en la búsqueda de una salida que garantice el presente y el futuro del sector, de las empresas, del empleo y de las comarcas mineras.

El SOMA-FITAG-UGT valora el compromiso de los trabajadores en una acción tan emblemática y dura como un encierro minero, así como el apoyo incondicional de sus familiares y compañeros, que desde fuera han compartido con ellos su padecimiento y no han dejado de darles ánimo. Igual que los compañeros a los que relevaron, este grupo de trabajadores finaliza su protesta con dignidad, orgullo y la certeza de que han defendido con convicción la defensa de los acuerdos suscritos en el Plan Nacional de Reserva Estratégica del Carbón 2066-2012 y Nuevo Modelo de Desarrollo Integral y Sostenible de las Comarcas Mineras y en el plan de la empresa pública.

Estos encierros, que pasarán a la historia del movimiento obrero (ambos suman 68 jornadas consecutivas de protesta a cientos de metros bajo tierra), junto al resto de movilizaciones y acciones desarrolladas desde el inicio del conflicto por esta organización sindical, como la «Marcha del Carbón» a Madrid, las manifestaciones, encierros en edificios de la administración pública y la huelga general en las comarcas mineras, han logrado despertar las simpatías de la sociedad y la solidaridad ciudadana respecto a las justas reivindicaciones de los mineros, conscientes de que no solo está en juego la pervivencia del propio sector y de sus puestos de trabajo, sino el futuro de unos territorios, que el Ministerio de Industria parece despreciar, instalado en una confrontación irracional desde hace tiempo, que comenzó con el incumplimiento unilateral de los acuerdos pactados en el plan del carbón y reactivación, al que asestó un tremendo hachazo presupuestario del 63% que el PP anunció una vez celebradas las elecciones autonómicas, a pesar de que en su programa electoral, tanto nacional, como regional, declaraba explícitamente que apoyaría «rotunda y claramente al sector de la minería del carbón con la defensa incondicional del carbón autóctono».