La tierra no puede con los mineros en la etapa en la que la Marcha del Carbón llega a su ecuador

Los mineros recorren en ocho horas, con tres paradas, los 37 kilómetros entre Villalpando y Mota del Marqués

Hora y media de caminata por una pista de tierra ha terminado hoy con la paciencia de los mineros y casi lo hace con sus pies. La etapa entre Villalpando y Mota del Marqués ha sido la más larga de las recorridas hasta ahora y su tramo inicial, una hora y media hasta el primer descanso, transcurrió por un camino que hizo complicado el transitar y fue minando las fuerzas. Allí, la organización trasladó a la Guardia Civil que la Marcha del Carbón no podía proseguir en esas condiciones y que era necesario salir al asfalto de la autovía. ‘Sólo insistimos en el sentir de la mayor parte de los compañeros, el terreno les estaba afectando y no podíamos proseguir así’, explicaron los representantes de SOMA-FITAG-UGT en la organización.

La tierra y las pequeñas piedras durante unos siete kilómetros supusieron un suplicio añadido para pies y piernas. ‘El tramo por tierra fue complicado; con la gravilla, las piedras y la irregularidad del terreno, el pie se iba hacia atrás al pisar, además muscularmente te machaca’, explicaba Julio Fernández Muñiz, del Pozu María Luisa, al terminar la jornada. Hablaba por él y por muchos de sus compañeros al asegurar que ‘esos primeros kilómetros nos pasaron factura para el resto de la etapa’.

Finalmente salieron a la autovía (aunque hubo que esperar más de media hora para que las fuerzas de seguridad activaran el dispositivo necesario) en una jornada en la que la Marcha había sido desviada fuera de las vías principales por orden de la Guardia Civil por motivos de seguridad al coincidir con la operación salida.

La de hoy ha sido una etapa dura. 37 kilómetros con tres paradas de avituallamiento que los mineros aprovecharon para descansar los pies y comer algo. Un trayecto por la Autovía del Noroeste bajo el sol castellano que terminó con un caluroso recibimiento en Mota del Marqués. Una pancarta de recibimiento en castellano y euskera (en el pueblo hay una comunidad importante de vascos), con música que acompañó a la Marcha por las calles del pueblo. Los vecinos traían pegatinas con el lema ‘Yo apoyo la Marcha de los mineros valientes’, que junto con carteles con la cara de un minero reclamando dignidad se encontraba también en muchas ventanas y puertas.

De nuevo, familiares de los mineros han acudido hoy a darles aliento a la llegada. Y no faltó tampoco, fiel a su cita, el motero y minero asturiano que ya lleva días acompañando a la Marcha y que desplegó su cartel de ánimo sobre su moto. En Mota del Marqués se encontraba también un grupo de compañeros del FITAG-UGT del País Vasco que mañana respaldarán las reivindicaciones de los mineros caminando con ellos.

Un historiador portugués interesado en el movimiento obrero se ha acercado hoy también a la llegada para informar que el día 11, coincidiendo con la fecha de llegada de la Marcha a Madrid, organizarán una acción de protesta frente al Consulado de España en Oporto.Una etapa de ocho horas y 37 kilómetros que ha llevado a la Marcha del Carbón a su ecuador. Restan a Madrid los mismos kilómetros que los mineros han recorrido ya desde Asturias. El cansancio comienza a apretar, las heridas aparecen cada vez en más pies, pero el ímpetu permanece intacto y las columnas del SOMA-FITAG-UGT que marchan hacia Madrid tienen cierta esperanza en la reunión programada para mañana entre las centrales sindicales y el Ministro de Industria, sin perder nunca de vista los 35 días de encierro en los pozos Candín y Santiago y el resto de reivindicaciones que se llevan a cabo en las comarcas mineras.